¡Hola outstanders! Sí, tú que estás leyendo esto. Hoy, por el día internacional de la mujer, quiero contarte una historia. Mi historia. Y quiero que te sientes cómodamente, porque esto va para largo. ¿Tienes un café a mano? ¿O prefieres un té (matcha)? Sea lo que sea, tómatelo con calma mientras te llevo en un viaje a través de mi vida.
Verás, la vida tiene una forma curiosa de llevarnos por caminos que jamás hubiéramos imaginado. Si me hubieras dicho hace unos años que estaría creando zapatillas, probablemente me habría reído. Pero aquí estoy, fundadora de KUMI Sneakers, y más feliz que nunca.
Todo empezó en un hogar lleno de arte y pasión. Mi madre, con sus esculturas y fotografías, llenaba nuestros días de color y creatividad. Recuerdo pasar horas observándola trabajar en su estudio, fascinada por cómo daba vida a sus ideas. Ella no solo me enseñó a apreciar el arte, sino también a perseguir mis sueños con determinación. Su emprendimiento, Cúbic Art, y su marca de joyería, Peko & Lale, fueron mis primeras lecciones de negocios y pasión.
Y luego estaba mi padre. ¿Te imaginas a un hombre con una carrera estable decidiendo formar una banda de rock? Pues eso hizo. Me enseñó que nunca es tarde para seguir tus pasiones, que la edad es solo un número cuando se trata de perseguir lo que amas.
Con estos ejemplos, ¿cómo no iba a ser yo una soñadora? Pero los sueños, estimadas outstanders, a veces toman caminos inesperados.
Empecé estudiando Publicidad y Relaciones Públicas, y aunque odié la carrera, me fascinaba la idea de crear mensajes que llegaran al corazón de las personas. Además, cuanto más estudiaba más me daba cuenta de que quería entender más profundamente el comportamiento humano. Así que, sin pensarlo dos veces, me lancé a estudiar Psicología.
Fueron años intensos, llenos de descubrimientos sobre qué quería hacer y sobre mí misma. Aprendí a escuchar, a entender las motivaciones ocultas detrás de las acciones. Y créeme, estas habilidades han sido invaluables en mi camino como emprendedora.
Pero la vida tenía más sorpresas guardadas para mí. Después de la universidad, sentí la llamada de la aventura. ¿Y qué mejor manera de combinar mi amor por las personas y mi deseo de explorar el mundo que con un Máster en Gestión del Turismo Internacional?
Este giro me llevó a trabajar en hoteles de lujo. Días frenéticos, noches largas, huéspedes exigentes. Aprendí sobre servicio al cliente, sobre cómo hacer que las personas se sientan especiales. Pero algo faltaba. Sentía que no estaba dejando mi huella en el mundo.
Fue durante este tiempo que empecé a viajar más. Cada viaje era una lección, cada persona que conocía me enseñaba algo nuevo. Y entre todo este caos es donde conocí a Sergio, mi compañero de vida y co-fundador de KUMI.
Nuestra historia de amor a distancia entre Mallorca y México podría ser el argumento de una película romántica. Dos años de llamadas, mensajes y visitas esporádicas. Muchos nos dijeron que era una locura, que no funcionaría. Pero aquí estamos, con un hijo hermoso, un perro juguetón y una marca de zapatillas en crecimiento.
Fue durante uno de nuestros viajes juntos cuando tuvimos la epifanía que cambiaría nuestras vidas. ¿Qué nos apasiona realmente?
En ese momento, algo hizo clic. ¿Por qué no crear zapatillas que no solo fueran cómodas y con estilo, sino que también tuvieran un propósito? Zapatillas que reflejaran nuestra pasión por el arte, la sostenibilidad y la conexión humana. Así nació KUMI Sneakers.
El camino no ha sido fácil. Hemos enfrentado desafíos que nunca imaginamos. Desde aprender sobre materiales sostenibles hasta navegar por el complejo mundo de la producción y el marketing. Cada día es una nueva lección, y estoy agradecida por cada una de ellas.
Mirando hacia atrás, veo cómo cada experiencia de mi vida me ha preparado para este momento. La creatividad que heredé de mi madre, la audacia de mi padre, mis estudios en psicología y publicidad, mis años en la industria hotelera... todo se ha unido para crear KUMI.
Hoy, cuando veo a alguien caminando con un par de KUMI, siento una mezcla de orgullo y humildad. Cada par de zapatillas lleva consigo un pedacito de mi historia, de nuestros valores y de nuestro deseo de hacer del mundo un lugar mejor.
¿Y sabes qué? Este es solo el comienzo. El viaje continúa, y estoy emocionada por lo que el futuro nos depara. Porque si hay algo que he aprendido es que la vida es una aventura impredecible, y las mejores historias son aquellas que nunca dejan de escribirse.
Así que, invito a todas las mujeres que nos siguen a que persigan sus sueños, por locos que parezcan. Nunca sabes dónde te llevarán. Quizás, como yo, descubras que tu verdadera pasión estaba esperándote en el lugar más inesperado.
Y recuerda, cada paso cuenta. Cada decisión, cada giro en el camino te acerca más a tu verdadero yo. Así que ponte tus zapatillas favoritas (espero que sean KUMI) y sal a conquistar el mundo. Tu historia está esperando ser escrita.
¡Un abrazo!
Alexandra
Orgullo de amigos!